Primer horizonte de ocupación
Fase de construcción y fundación
Se han descubierto evidencias realmente interesantes y fundamentales acerca del momento de actividad antrópica más antiguo documentado en este lugar, es decir, de la propia construcción del monumento megalítico. Estos hallazgos se refieren, sobre todo, a la comprobación definitiva de que este monumento se trataba, en origen, de un sepulcro de corredor. En este sentido, no sólo se ha identificado parte del trazado del pasillo original, sino también las zanjas de cimentación donde iban embutidos los ortostatos que lo conformaban, posteriormente removidos.
En relación a la fase de uso funerario de mayor entidad y más antigua de este sepulcro megalítico, que se corresponde, por el momento, con el nivel de osario inferior, también se han podido recabar algunos datos novedosos, a pesar de que aún no se ha llegado a excavar por completo En la zona central del nivel inferior del osario, que se encuentra parcialmente descubierta, llama la atención la acumulación de huesos pertenecientes a individuos infantiles y juveniles. A la espera del estudio osteológico definitivo, podríamos decir que se trata de un rasgo peculiar de esta tumba, ya que los niños y jóvenes suelen presentar una baja representatividad en este tipo de contextos funerarios.
Segundo horizonte de ocupación
Fase de uso y clausura (3200-2800 a.C.)
Este horizonte cronológico de ocupación está representado por nuevas prácticas y eventos que tuvieron lugar durante los procesos de clausura y sellado, tanto de la cámara como del corredor del monumento.
Así, en el interior de la cámara se han excavado los distintos niveles superpuestos al osario original (UE 4), lo que ha permitido discriminar que, en realidad, se llevaron a cabo dos sellados o cierres de la cámara mediante bloques calizos de mediano-gran tamaño. Ambos eventos de cierre habrían tenido lugar en momentos distintos, aunque aparentemente no muy separados entre sí en tiempo. El nivel de clausura, situado a cotas más altas, que a su vez cubriría el segundo nivel de osario (UE 18), se hallaba parcialmente alterado por intrusiones antrópicas recientes. Se trata, por tanto, de dos sellados pétreos del osario, que formarían parte de un evento de clausura a mayor escala del monumento megalítico (Fig. 48 y 49).
Como ya se ha señalado, bajo el segundo evento de clausura pétrea de la cámara (UE 19), se ha identificado un nivel de osario (UE 18), completamente diferente al de la fase del primer uso funerario del monumento.
La diferencia principal radica en que, en este nivel, todos los huesos humanos están reordenados y colocados según determinados patrones rituales, por lo que se han podido individualizar distintas prácticas ritofunerarias.
La más destacada sería la manipulación de los huesos humanos y su reordenamiento, dando como resultado fundamental la acumulación de los restos hacia la periferia de la cámara (no como en el osario original que se encuentra por todo el recinto) y el hallazgo de agrupamientos singulares como “nidos de cráneos” o conjuntos de cráneo-cadera, de los que han llegado a identificarse hasta trece casos.
Posible fase de reutilización (ca. 2300-1800 a.C.)
No se han recogido muchos testimonios arqueológicos que nos aporten información acerca de esta fase, ya que los niveles correspondientes habrían sido los más afectados por las remociones modernas. Sin embargo, algunas evidencias documentadas han reforzado la idea de la existencia de reutilizaciones del dolmen posteriores al segundo horizonte de ocupación.
Este episodio o episodios de reutilización tendrían una cronología del
calcolítico final o inicios de la Edad Bronce, a partir de la decoración de algunas cerámicas recuperadas. Este tipo de hallazgos han aparecido tanto en la cámara como en el pasillo, pero sobre todo en los niveles más superficiales (UUEE 0 y 1) y en los echadizos de las remociones modernas (UE 24).
Por otro lado, se han documentado dos fosas excavadas en los niveles más recientes de clausura del monumento, por lo que serían posteriores a la misma. Ambos hoyos están completamente colmatados de huesos humanos, pero, con la singularidad de que aparecen mezclados con restos faunísticos, sobre todo de bóvido y ovicáprido.